*Industria, academia y gobierno diseñan nueva ruta educativa para enfrentar la transformación tecnológica del sector automotriz.

*INA propone seis áreas estratégicas para formar talento en electromovilidad, inteligencia artificial e industria 4.0.

*México produce más vehículos eléctricos, pero enfrenta déficit técnico: 70% de las empresas tienen vacantes dificiles de cubrir debido al perfil académico 

Ciudad de México.— En marco de la 27° INA PAACE Automechanika México, se realizó la Primera Reunión Anual de Actualización Curricular, Aprendizaje Digital y Microcredenciales de Educación Media Superior y Educación Superior, misma que reunió al Consejo Educativo para la Transformación Productiva y la Innovación (CETPI), integrado por la SEP y la Secretaría de Economía, en coordinación con la Industria Nacional de Autopartes (INA).

El objetivos de esta reunión fueconectar al sistema educativo con las demandas de la industria, ante los retos tecnológicos del sector automotriz y la demanda de talento especializado. El encuentro congregó a dependencias gubernamentales, instituciones educativas, organismos empresariales y centros de investigación, con el objetivo de alinear la formación técnica nacional a las demandas reales de la industria.

A través de dos mesas de trabajo, una dedicada al sector automotriz y autopartes, y otra a electromovilidad, se abordaron las brechas entre la oferta académica actual y las competencias requeridas por la industria. Según estimaciones, Estados Unidos requerirá 3.8 millones de nuevos trabajadores en manufactura entre 2024 y 2033. México cuenta con una ventaja demográfica estratégica: 31 millones de jóvenes entre 15 y 29 años, 400 mil egresados técnicos cada año —la cifra más alta de la OCDE- y un 37% de egresados.

Entre los desafios, la Secretaría de Economía presentó un mapeo educativo-industrial de once estados, que evidencia las discrepancias entre los programas de formación existentes y los perfiles técnicos que demanda la industria. La SEP alertó que cerca del 30% de los estudiantes en programas vinculados al sector automotriz desertan durante el primer año.

Por su parte, la INA propuso seis áreas prioritarias para la transformación del talento vehicular y certificación especializada Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (CAMEXA), en colaboración con aliados nacionales como el CCE y COPARMEX, ha desempeñado un papel clave en la adopción de estudiantes con empresas del sector para el desarrollo de competencias profesionales en entornos reales de trabajo.

En la mesa de electromovilidad, la INA reportó que México duplicó su producción de vehículos eléctricos en 2024 y podria alcanzar un mercado nacional de más de 5 mil millones de dólares en 2029. De acuerdo con McKinsey,para 2030 estos vehículos representarán el 42% del mercado global. La batería —su componente más costoso- representa cerca del 40% del valor total. Según ManpowerGroup, el 70% de las empresas enfrentan dificultades para cubrir vacantes técnicas lo que refuerza la urgencia de modernizar la formación técnica.

Las instituciones educativas identificaron 1,593 programas relacionados con electromovilidad, distribuidos en 557 planteles y con una matrícula de más de 183,000 estudiantes. La INA presentó un Modelo de Competencias para Vehiculos Eléctricos que contempla habilidades transversales y conocimientos avanzados en electrónica de potencia, software, normativas internacionales y mantenimiento predictivo.

La participación de instituciones de educación superior de todo el país evidenció el potencial de esta industria para generar oportunidades más allá de las zonas con vocación automotriz establecida. Un ejemplo fue la Universidad Tecnológica y Politécnica de la Sierra de Guerrero, quien fue parte de las mesas de diálogo y busca vincular sus programas en el sector.

Organismos como la AMIA, ANPACT, ANUIES, AMIVE y el World Resources Institute México, coincidieron en que el nuevo paradigma tecnológico exige un rediseño integral de automatización, metrologia, infraestructura de recarga y logística inteligente, así como la urgente necesidad de actualizar los esquemas formativos ante la acelerada obsolescencia de habilidades: se estima que el 100 % de las competencias actuales podrían quedar rebasadas en solo cinco años.

Con esta reunión, el gobierno, la industria y el sector académico avanzan hacia una política educativa industrial, donde el desarrollo de talento es motor del crecimiento económico, la competitividad regional y la transición tecnológica de México.