*Las Asociaciones del sector proponen una reducción gradual de la jornada laboral que se extienda hasta 2030.

*Una reducción abrupta podría comprometer la producción y la competitividad de una industria tan demandante que trabaja 24/7 bajo el esquema just-in-time

*La AMIA propone aumentar las horas extra de trabajo permitidas a un mínimo de 15 horas


La Ley de Reducción de Jornada Laboral en México busca disminuir la semana laboral de 48 a 40 horas, otorgando dos días de descanso por cada cinco trabajados con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Esta es una ley que aún se encuentra bajo discusión entre gobiernos, sindicatos y empresarios. 

Particularmente en la industria automotriz, que es una de las de mayor demanda en producción efectiva laboral, emplea a más de 900 mil trabajadores y genera más de $100 mil millones de dólares anuales en valor de producción, por lo que reducir la jornada laboral, traería consecuencias en la baja de productividad.

Recientemente, Gabriel Padilla Maya, director general de La Industria Nacional de Autopartes (INA), comentó que el organismo ha presentado una propuesta para reformar la jornada laboral en México, buscando reducirla a 40 horas semanales de manera gradual en un plazo de cinco años. Esta solicitud busca implementar un enfoque técnico y flexible que considere las características específicas del sector automotriz, con sus horarios de trabajo atípicos y la complejidad de sus procesos productivos, por lo que la INA propone incluir medidas compensatorias, productivas y tecnológicas para mitigar el impacto de la reducción de jornada laboral en la productividad y competitividad del sector.

“La implementación debe llevarse a cabo considerando la actual desaceleración de la economía mexicana y el riesgo de una recesión económica en puerta”, advirtió Padilla Maya. Además, recordó que para que tal reducción sea posible, se debe considerar la realidad operativa del sector automotriz, que trabaja bajo esquemas de producción ininterrumpida y exigencias estrictas de entrega. “La discusión debe ser técnica, responsable y sectorial, y se debe reconocer las características del sector automotriz, sobre todo las líneas de producción continua 24/7, los esquemas de 'just-in-time' y el cumplimiento estricto que tenemos en las cadenas globales del sector”, afirmó.

Por su parte, Odracir Barquera, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), agregó que la medida debe ir acompañada de modificaciones legales para flexibilizar la operación mientras se concreta la transición. Una de sus propuestas es ampliar el tope de horas extras permitido. “Nosotros planeamos que fuera un número mayor, de 15 horas por lo menos, a la semana, con flexibilidad de uso, que no estén restringidas, para que podamos también acompañar la transición y el cambio”, subrayó.

Para tal efecto, serán necesarios los incentivos fiscales y los ajustes en las cargas sociales para que las empresas puedan amortiguar el impacto económico de esta reforma laboral. Sin embargo, la AMIA y la INA seguirán participando en las mesas de diálogo con la Secretaría del Trabajo y el Congreso de la Unión, con el objetivo de que sus propuestas se tomen en cuenta en el diseño de la reforma.

Cabe recalcar, que la resistencia del sector no es una negativa absoluta, sino un llamado a la planeación estratégica. La industria reconoce los beneficios sociales de una jornada más corta, pero insiste en que su implementación sin un diagnóstico técnico podría generar disrupciones en una de las cadenas productivas más complejas del país.