*México tiene una deuda pendiente con la calidad de los combustibles
*El uso de combustibles de baja calidad, incluyendo los de origen ilícito, está deteriorando los motores, afectando la garantía de los vehículos, contaminando más y dañando la salud pública
Ciudad de México.— En el foro La “La calidad de los combustibles en México, su impacto en la movilidad, medio ambiente y salud pública”, celebrado el pasado jueves 22 de mayo por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), su presidente ejecutivo, Guillermo Rosales Zárate, advirtió que la baja calidad de los combustibles que se comercializan en el país representa un obstáculo crítico para mejorar la eficiencia vehicular, reducir emisiones contaminantes y proteger la salud de los mexicanos.
Rosales Zárate, señaló que México ocupa el lugar número 13 a nivel global en venta de vehículos, y pese al impulso global hacia la movilidad eléctrica, casi el 99% de las unidades comercializadas en el país siguen operando con gasolina y diésel: “Desafortunadamente en nuestro país no estamos teniendo la disponibilidad de los combustibles, gasolina y diesel, de mayor calidad que permita un rendimiento al máximo del diseño de los vehículos que ya se encuentran en el mercado”, puntualizó.
Agregó que el uso extendido de combustibles de baja calidad, incluyendo los de origen ilícito —popularmente conocidos como “huachicol”—, está deteriorando el funcionamiento de los motores, afectando la garantía de los vehículos, contaminando más y dañando la salud pública. “Los combustibles ilegales no cuentan con ninguna certificación de calidad y generan una mayor contribución al impacto medioambiental. Más allá del daño fiscal que se genera, más allá del fortalecimiento de las redes del crimen organizado, tenemos un problema también desde el punto de vista de la afectación a la calidad del funcionamiento de los motores y por lo tanto un daño para los propietarios de vehículos, un daño reputacional para la industria automotriz que el consumidor de combustibles, propietario de vehículos reclama afectaciones de garantías”, enfatizó.
Se comentó que el exsubsecretario de Energía, Francisco Barnés de Castro indicó que entre 40 y 50% de la gasolina y diésel que se importa a México y que se vende en el pais, seguramente es huachicol fiscal, y que para que ello se realice, debe haber involucrados funcionarios de Petróleos Mexicanos, del gobierno federal y locales.
Paralelamente Carlos Garcia, director general de AmCham México, planteó que entre 30 y el 40 por ciento del diésel y la gasolina que se comercializa en México provenían del contrabando de hidrocarburos o huachicol fiscal.
Al respecto, La presidenta Claudia Sheinbaum recientemente indicó que se puso en marcha una estrategia integral para combatir el ingreso ilegal de combustibles al país, así como el robo de hidrocarburos, mediante un modelo de trazabilidad reforzado; las labores de inteligencia están a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Sedena, Marina y la Fiscalía General de la República.
El doctor Humberto Gómez, investigador de la UNAM, corroboró dicho problema al presentar un riguroso estudio de laboratorio sobre las gasolinas que se comercializan en México. De acuerdo con los hallazgos, las muestras analizadas presentan altos contenidos de compuestos volátiles y metales pesados, así como deficiencias en el octanaje, provocando una combustión incompleta, la formación de residuos en el motor y mayores emisiones de ozono.
“El estudio demuestra que las gasolinas vendidas en México tienen una calidad inferior a las que se distribuyen en Europa o Estados Unidos. Contienen sustancias prohibidas en otras regiones y no cumplen con los estándares ambientales deseables”, explicó Gómez. Además, se identificó que incluso marcas internacionales ofrecen en México gasolinas distintas —y de menor calidad— a las que comercializan en sus países de origen.
Es una realidad que la normativa mexicana resulta insuficiente para garantizar el control de la calidad de los combustibles. Además, mejorar la calidad de las gasolinas implicaría una reducción en el volumen de producción nacional y un aumento en las importaciones, generando importantes repercusiones económicas, así lo indicó el investigador de la UNAM. “Parte de lo que podemos hacer todos en México, es ser conscientes de que estamos quemando una gasolina de baja calidad y que esto obligadamente nos lleva a darle mayor mantenimiento a nuestros automóviles”, concluyó.
En dicho foro además, participaron especialistas internacionales como Marta Blázquez y José Ignacio Moya, presidenta y director general de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción de España (Faconauto), respectivamente, quienes compartieron las lecciones europeas en materia de transición energética, calidad de combustibles y renovación vehicular.
Salvador Montero, del Centro Mario Molina, presentó datos del Inventario Nacional de Emisiones que confirman que el sector transporte es responsable del 24.5% de los gases de efecto invernadero en México, solo por debajo de la industria de generación eléctrica. Advirtió que estamos viendo un crecimiento sostenido en la importación de gasolinas, que no siempre cumplen con la normatividad ambiental, y eso tiene impactos acumulativos en la salud pública y el cambio climático. Agregó que desde 2009 existe un compromiso para reducir el contenido de azufre en las gasolinas y diésel, pero en la práctica se siguen comercializando combustibles que rebasan los límites establecidos.
El azufre es el principal enemigo del convertidor catalítico, y al estar presente en altos niveles, lo inhabilita. Esto aumenta las emisiones y disminuye la eficiencia de los sistemas de control ambiental de los vehículos.
Por otra parte, Rodolfo Lacy Tamayo, consultor senior del Clean Air Institute, llamó a acelerar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y a adoptar estándares internacionales en su regulación
Finalmente, el presidente ejecutivo de la AMDA, hizo hincapié en la obsolescencia del parque vehicular en México, el cual, concede un derroche innecesario de combustible, desperdicio que se potencia con la frontera abierta a la entrada de miles de vehículos usados extranjeros de contrabando y que se regularizan por el Decreto emitido por el gobierno federal: “México es el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que no cuenta con una inspección técnica vehícular que ayudaría a verificar las verdaderas condiciones en que circula el parque vehicular, ayudando a su renovación”, aseveró.
**Imagen tomada de la presentación del Dr. Rodolfo Lacy del Clean Air Institute