*Con la firma de órdenes ejecutivas que priorizan la energía fósil y frenan las ayudas a coches eléctricos, Donald Trump inicia su primer día de gobierno agresivamente contra la industria de movilidad eléctrica
Desde su campaña, el ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que firmaría acuerdos para eliminar varias políticas a favor de los coches eléctricos en EE.UU. Y desde su primer día ya como presidente en función, comenzó a entrar en acción.
Y aunque las ayudas para la compra de vehículos eléctricos seguirán vigentes por ahora, el mandatario estadounidense firmó órdenes ejecutivas que priorizan la energía fósil y frenan las ayudas a coches eléctricos, pero no ha eliminado los subsidios gubernamentales de 7.500 dólares para la compra de vehículos eléctricos.
Trump ha señalado que está considerando la eliminación de subsidios injustos y otras distorsiones del mercado que favorecen a los coches eléctricos sobre otras tecnologías, argumentando la "libre elección del consumidor" de la que señala que “es esencial para el crecimiento económico y la innovación”. Sin embargo, por ahora, las ayudas a la compra de coches eléctricos seguirán disponibles.
Esta orden señala asimismo que los coches eléctricos han tenido ventaja sobre otras tecnologías y que su compra se ha visto favorecida “por individuos, empresas privadas y entidades gubernamentales al hacer inasequibles otros tipos de vehículos”.
Por ahora, ha cancelado los fondos para instalar puntos de recarga
Lo que sí acaba de retirar Donald Trump son los fondos federales para promover la instalación de puntos de recarga para coches eléctricos.
En 2021, su antecesor en la presidencia de los EE.UU., Joe Biden, asignó 7.500 millones de dólares para establecer una red nacional de cargadores de vehículos eléctricos, con la esperanza de que se construyeran hasta 500.000 de ellos para 2030.
Asimismo, Trump podría relajar los actuales límites federales de emisiones contaminantes y consumo de los vehículos vendidos en EE.UU. lo que supondría “aproximadamente un 25% más de emisiones por cada milla recorrida” que los actuales límites.
Es importante destacar que la decisión de Trump de retirar a EE.UU. del Acuerdo de París y frenar las ayudas a coches eléctricos ha generado reacciones en la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado a Estados Unidos a seguir siendo líder en asuntos ambientales.
Tal como la vez anterior, deberá pasar un año para que la salida del Acuerdo de París, del país históricamente más emisor sea efectiva y se una a Irán, Libia y Yemen como únicos países que no forman parte del pacto. Mientras, dependerá de Trump si EE. UU. envía delegaciones a reuniones o participa en algún acto relacionado con el Acuerdo.
Estos y más cambios le esperan a la industria automotriz eléctrica. Sabiendo que Donald Trump piensa más como empresario que como político -aunque la diferencia es incierta-, es de esperar que tales decisiones, no sólo afecten a la industria per se, sino que, además, rompa un acuerdo mundial, que es el de cuidar el planeta para generaciones futuras y reducir las emisiones.