José ARENAS MERINO

Cada cuatro años, la Unión de Trabajadores Automotrices --UAW por sus siglas en
inglés--, firma un convenio con las tres empresas armadoras más importantes de
esa industria -–planta de Ensamble de Ford, línea final de ensamble y línea de pintura, 
en Wayne, Michigan; planta de ensamble de Stellantis en Toledo, Ohio, y planta de 
Ensamble de General Motors en Wentzville, Missouri-- para adecuar los beneficios y
condiciones laborales. Sin embargo, esta vez, la primera, estallaron la huelga el
pasado 15 de septiembre.

Sobre el particular en un comunicado la Industria Nacional de Autopartes, da a conocer
que "la INA está convencida de que el diálogo es esencial en la construcción de acuerdos
que sean beneficiosos para el desarrollo del sector automotriz, por lo que lamenta que
las partes involucradas no hayan alcanzado un acuerdo hasta el momento. En este
sentido, hace votos para que el diálogo continúe con el fin de llegar a un acuerdo
satisfactorio entre las partes lo más pronto posible".

Y establece que "si bien es difícil determinar el efecto preciso en la industria de autopartes en México debido a que éste dependerá de varios factores, la INA estima que, durante los próximos 7 días, de mantenerse el escenario actual, el nivel de producción de
autopartes a nivel nacional podría presentar una disminución de aproximadamente 76 millones de dólares".

Se expone en el documento de INA, que esta disminución representaría hasta el momento el 0.1% de las exportaciones mexicanas de autopartes realizadas a Estados Unidos durante 2022.
De igual manera, la INA mantiene la estimación de que el nivel de empleo en el sector autopartes, sí superará los 900 mil puestos de trabajo para este año.

GRAVES AFECTACIONES EN EUA Y EN MÉXICO

El paro de actividades en Missouri, Ohio y Michigan, amenaza prolongarse y la
secretaría del Tesoro, Janet Yellen, declaró que espera sea breve y advirtió que no
será sino hasta que concluya, cuando se pueda precisar el monto de la afectación
a la economía de ese país y por supuesto también para México de prolongarse este 
conflicto laboral, que puede inmovilizar la cadena de suministro en ambos países 
que son extremadamente co dependientes en el abasto mutuo de autopartes.


Se presume que el resultado de este paro laboral, es debido a la presión inflacionaria, 
por lo que han dejado en manos de esas empresas la posible solución, cuando expongan 
la contraoferta a las demandas de los trabajadores automotrices.

De los más de 150 mil trabajadores de esas empresas, en diversas plantas en el
territorio norteamericano, los paristas –unos 12,700-, advierten que el paro puede
extenderse a otras plantas ubicadas en otros estados. No obstante, no han
convocado al paro generalizado para no bloquear toda la producción, dijo el
presidente de la UAW, Shawn Faine, en declaraciones a las televisoras de esa
nación. 

El presidente Joe Biden, externó su decidido apoyo a los trabajadores de la
UAW y se manifestó por un pronto arreglo entre las partes en conflicto.
Ese sindicato pretende un incremento salarial del orden del 45% y un nuevo
esquema de pensiones más favorable para el retiro. Además de una reducción de
la jornada laboral, entre otros beneficios. Lo anterior, afirman, porque no ha habido
una correlación justa entre los beneficios obtenidos por las empresas automotrices
ante la creciente demanda de sus productos, y las condiciones laborales en un
largo lapso.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, AMIA, la 
producción de vehículos y autopartes en México, representa casi el 4% del 
Producto Interno Bruto Nacional y el poco más de 20% del PIB manufacturero, 
más que ningún otro sector.

Lo que hemos sostenido editorialmente y a lo largo de la historia, las partes en conflicto, trabajadores y empresas, deben encontrar una solución y llegar a un acuerdo para concluir el conflicto, que a ambas partes perjudica y a nadie beneficia, finalmente.